Esta ruta tenía pensado hacerla desde hace unas semanas y, por fin, hoy me he decidido.
Sinceramente, le tenía algo de respeto. Enfrentarme a ella solo, sobre todo iniciandola por su espectacular pedrera, era todo un reto.
He procurado tomármela con mucha calma. Confieso que ha sido dura pero... lo he conseguido!!!
Esta mañana de San Juan ha despertado muy clara y luminosa aunque, ahora en verano, es normal observar una ligera bruma en el horizonte. Además tenía la confianza de no encontrar demasida gente durante el recorrido por ser un viernes festivo sólo en la capital.
Y así ha sido, el día se ha mantenido extremádamente despejado, al menos hasta la mitad de la pedrera, y únicamente me he tropezado, en la cumbre (1.406 mts.), con un muchacho solitario, como yo, y, más tarde, dos chavales senderistas con los que he compartido unos minutos de charla.
A punto de coronar El Puig Campana la nubes han aparecido como por arte de magia, y a unas velocidades de vértigo, cubriendo el paisaje con una niebla fría y no permitiendo poder contemplar las maravillosas vistas. Pero, aún así, ha merecido la pena; la paz que se respira y la ilusión por haber conseguido lo propuesto es única.
Después he comenzado el descenso por la cara norte, bajando hasta el Coll del Pouet, continuando por el sendero que lleva al Refugio de J.M. Vera y ladeando la sierra para llegar al pueblo de Finestrat, en la zona de parking de la Font del Molí, cogiendo el auto... y el camino a casa.
Valoración: 5*****
Recomendable: Por supuesto, es una ruta especialmente hermosa.
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