sábado, 19 de noviembre de 2011

Cabeçó d'Or


Este sábado nos ha dado un respiro después de un viernes lluvioso y desapacible. Por ello hemos aprovechado para lanzarnos al monte, cual cabras, para realizar una ruta.
En esta ocasión, Pablo, José, Brutus y yo, hemos elegido el Cabeçó d'Or, sierra del término municipal de Alicante, cercana a la población de Busot, con un pico de 1210 metros sobre el nivel del mar. Macizo que alberga en su interior las conocidas Cuevas de Canelobre.


Abrupta y hermosa, con recorrido no demasiado largo pero intenso. 10 kilómetros aproximádamente que comienzan en la carretera de acceso a las famosas cuevas. Hay multitud de recorridos y nosotros hemos elegido el que accede a la cumbre por su cara norte.


La abundante vegetación y su paisaje salpicado de peñascos, grandes paredes y crestas, así como unas inmejorables vistas de las sierras alicantinas hacen de esta ruta una de las más atractivas.


Por la pista que va hasta el Racó de Seva, la pinada y la casa del racó, se toma el sendero que asciende de forma zigzageante a las ruinas de la casa Polset y cogiendo después la vereda de la izquierda que nos lleva hasta la cima en una última caminata entre pinos, carrascas, estrechos pasos entre rocas y resbaladizos pedregales.


Por fin, en una última subida el cansancio se ve compensado por la cumbre y sus excepcionales panorámicas.
El Mediterráneo casi siempre presente desde las alturas de la provincia se impone y te llena el corazón de paz y felicidad.


También a nuestros pies están majestuosas casi todas las montañas... desde el peñón de Ifach, pasando por Serra Gelada, Bernia, Puig Campana, Ponoig, Aitana, Migjorn, Carrasqueta, Maigmó, El Cid, Despeñador, Sierra de Santa Pola, etc... incluyendo, cómo no, nuestra vapuleada Font Calent.


Por las últimas fotos no hace falta que diga que este es un sendero muy concurrido; hoy parecía que habían dado jornadas de naturaleza a algún colegio.
Casi nos podemos sacar una instantánea ante el punto geodésico... jejeje
Después de esto, un rápido descenso y vuelta por el mismo sitio hasta el coche, que nos llevaría a casa donde nos esperaba una gratificante comida y una apacible siesta.

Todos hemos disfrutado de este sábado; incluso Brutus ha tenido un sábado especial.

Valoración: 4****
Recomendable: Sí (pero mejor sin tanto niño, jejeje)